Si Jean Paul Gaultier creó este nuevo Le Beau Le Parfum naturalmente perfecto, desnudo, ¡no es para vestirlo! Hay que decir que en su jardín de edén la naturaleza está bien hecha y tan generosa con los músculos salientes de su frasco del torso lacado negro y verde, que una hoja de vid oro recogida del verde vegetal de su caja icónica es suficiente para vestirla. Y si la tentación de su nueva agua de perfume intensa es más sensual, tanto mejor: aquí todos los pecados están permitidos. Solo hay que masticar sin complejos en el fruto prohibido de su amaderado ámbar fresco y adictivo.